miércoles, 25 de mayo de 2022

ASÍ HEMOS VISTO CABANZÓN

 

 

Cabanzón está en un alto. Sus casas están bastante juntas y rodeadas de un camino de 2 kilómetros y medio que es ideal para caminar. El pueblo, rodeado de grandes montañas y prados, tiene 2 fuentes y 8 pozos, uno público y todos los demás privados.

El edificio principal es la Iglesia, con un retablo impresionante y muy bien conservado. Está en el barrio conocido como El Valle, junto a la bolera, la plaza y varias casas. Si voy por su derecha paso por La Concha y La Torre. Más adelante el Llao, donde hay varias casonas metidas en sus fincas. Luego llego a El Campo, y a su derecha el cementerio, con un paisaje precioso. Seguimos caminando por Palauja y el Roju, donde siguen apareciendo casas, huertos, árboles y flores. 

En este rodeo por el pueblo paso por la Miña y sigo al Purón y al Pedroso. A derecha e izquierda siguen las huertas y al fondo las montañas preciosas. Cuando bajo a Las Callejas me doy cuenta que en todo el recorrido no me he encontrado con gente. A la izquierda esta el Cau, mi barrio, que tiene 11 casas, y entre ellas está la antigua escuela, la Encina, y el pozo donde hace años la gente sacaba agua con un caldero para las casas y los animales. Si cojo la calleja que baja hacia el centro vuelvo a estar en El Valle, donde se celebran todos los acontecimientos. Seguro que me olvidé de algún barrio, pero yo quiero mucho a mi pueblo. 

LUISA BARRIO ACEBO

 

Cabanzón es una localidad del municipio de Herrerías. Tiene, más o menos, sesenta vecinos. Es, prácticamente, redondo y fácil de visitar a quien quiera verlo. Cuando llegas, lo primero que ves es la Torre de Cabanzón, de finales de la Edad Media y que está muy bien conservada. Después entras en el pueblo y ves la Iglesia. Creo que es la más grande del municipio y tiene un retablo espectacular. En la misma zona está la bolera y la plaza, y a partir de allí se puede empezar a recorrerlo viendo sus casas solariegas y blasonadas, y también las casas típicas de Cantabria, con sus corredores y sus huertas alrededor. Y por supuesto, su encina centenaria de la que todo el pueblo nos sentimos orgullosos.

MARGA

 

 

Cabanzon está situado en un alto llamado Coto Redondo, aunque el pueblo, en sí, es llano y cómodo. Desde lo alto del Arnia se divisa un panorama espectacular.

Si miras hacia el norte puedes disfrutar de grandes prados frondosos y dispuestos para segar la hierba, alimento indispensable para nuestro ganado. A lo lejos se divisa el mar bello y azul, es el Mar Cantábrico, el que baña las playas del norte.

Pero si miras hacia el sur lo que se ve es todavía más impresionante: bosques llenos de castaños, encinas, eucaliptos avellanos. Tiene tan buenas vistas que están consideradas las mejores del Ayuntamiento de Herrerías.

Además tiene cosas de gran valor: la Torre del siglo XII, la Encinona con casi trescientos años, una Iglesia con un retablo que llama la atención, la Fuente de la Valleja, algunas casas blasonadas antiguas y bien cuidadas... Y la entrada al pueblo, que siempre llama la atención de los visitantes. 

Esta cerca de los límites con Asturias, y por eso, la manera de hablar y algunas costumbres se asemejan bastante a las de ellos.

Lo más negativos es la falta de natalidad. No hay niños, apenas juventud y predomina la gente mayor.

Tampoco hacen mucho caso las autoridades a la hora de hacer algún evento y le dan preferencia a otros pueblos como Bielva o Cades, y no digamos a la hora de la limpieza o la reparación de bancos, papeleras u otras cosas.

Aun así, vivir en Cabanzón es un privilegio que no lo cambio por nada. Cuando estoy lejos lo añoro y sueño con la brisa que me da en la cara cuando voy paseando por la Roza.

SITA ALONSO


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