miércoles, 25 de mayo de 2022

ASÍ ES AURORA. Retrato de Ana Rodríguez

 

Aurora es una mujer menuda. Tiene la piel clara, los ojos azules, de mirada afable. Una boca con los labios bien delineados, que cuando sonríe te hace sentir que eres importante para ella. Es una mujer guapa en general. Tiene una voz bonita que le permitía cantar bien. Sus manos y sus piernas están deformadas por el trabajo rudo que desarrolló toda su vida. Ya lo hacía, desde muy niña, en las labores de casa y del campo.

Aurora es inteligente. Tiene una visión muy clara de lo que es la realidad de la vida. Tuvo cinco hijos y trabajó de sol a sol para poder darles una formación y hacer de ellos buenas personas. Y lo consiguió. Como a la mayoría de las mujeres de aquella época, todo recaía sobre ellas. Los maridos consideraban que esas eran labores de las madres, y ellos apenas colaboraban en casa y poco en la educación cultural de los hijos.

Aurora es sociable. Buena conversadora y amiga de saber de todo lo que acontece en el pueblo. Es muy participativa en todas las actividades que se proponen y si hubiera tenido las oportunidades que se tienen en este tiempo, habría sacado adelante una carrera.

Aurora es una mujer muy fuerte, un verdadero pilar en su familia.


RETRATOS. ASÍ SOMOS, ASÍ NOS HEMOS VISTO

 

 

Retrato de LUISA

Luisa es alta, delgada, derecha, con pelo corto y liso, tirando a rubio. Ojos claros y cara redonda. Camina, erguida, con pasos más bien largos, tranquila y observadora. Tiene una sonrisa que te ofrece confianza. Sabes que si eres su amiga lo serás para siempre, porque puedes contar con ella para todo lo que necesites. 

MARGA 

 

Luisa, auténtica y servicial siempre, es la amabilidad en persona. Yo era de la edad de su hermana Nieves (q. e. d.). Nos llevaba unos años, y por eso solía ejercer de cuidadora cuando nos protegia por ser nuestra vecina.

Siempre fue muy guapa. Tenía un buen tipazo. Cuando venía de Barcelona o de Francia nos quedábamos boquiabiertos viendo el cambio que había dado.

Lo que puedo decir de ella es que la hemos visto pasar mucho en la vida con enfermedades de su familia y de ella misma, pero ha sabido llevarlo siempre con resignación y nunca ha decaído. Tengo muchas ganas y mucha ilusión de que pase todo y podamos celebrarlo. Y así va a ser. 

 SITA ALONSO

 

 Retrato de MARGA

Tengo el recuerdo de ver a Marga de niña, muy mona con sus coletas y lazos. Tenía siempre el pelo largo y bonito. Llevaba los vestidos almidonados y su cara era pecosa y graciosa.

Fuimos creciendo y durante la adolescencia empezams a tratarnos más para hacernos compañeras de aventuras.

Siempre sobresalía en lo que fuese; era respondona, pero también lista y razonable. Lo pasamos muy bien en nuestra juventud. Carecíamos de muchas cosas, pero entre tres o cuatro eramos capaces de organizar una fiesta.

Sin tener una gran belleza, tengo que reconocer que gustaba a los chicos. Yo pienso que se los ganaba mejor con la palabra, y no digo que fuera fea, ni mucho menos, pero era muy ocurrente y graciosa.

De mayores nos hemos tratado de nuevo porque en su momento cada una eligió su camino, pero la jubilación nos ha vuelto a reunir.

Todo cuanto puedo decir de Marga es positivo: trabajadora, ordenada, cuidó de su familia, buena persona... a veces es discutidora, y sobre todo cuando se trata de política, porque ahí no hay quien la pise. Resumiendo, yo a Marga le doy un 10.

SITA ALONSO

 

Retrato de  SITA

Sita es de estatura media. Tiene el pelo rizado y moreno y una cara ovalada y armoniosa. Es ligera en el andar y siempre tiene prisa. Es meticulosa en sus quehaceres, cariñosa, honesta y aunque es risueña, a veces se enfada por poca cosa. Puedes llamar a su puerta con la confianza de que la abrirá de par en par para ayudarte.

MARGA


Retrato de MARGA Y SITA

 No os recuerdo bien de pequeñas porque tenéis menos años que yo.

Solo sé que cuando, muchos años después, regresé al pueblo, descubrí que las dos eráis grandes personas.

Al principio me costaba integrarme con vosotras y prefería estar más en casa, al lado de mi marido, que me necesitaba. Pero él quería verme feliz y me decía “vete con ellas”.

Al final empece a ir a las reuniones y allí yo os contaba mis penas y alegrías, y vosotras a mi. Y puedo decir, porque lo creo así, que siempre os tendré a mi lado porque sois maravillosas.

LUISA BARRIO

 


 

 

 

 

ASÍ HEMOS VISTO CABANZÓN

 

 

Cabanzón está en un alto. Sus casas están bastante juntas y rodeadas de un camino de 2 kilómetros y medio que es ideal para caminar. El pueblo, rodeado de grandes montañas y prados, tiene 2 fuentes y 8 pozos, uno público y todos los demás privados.

El edificio principal es la Iglesia, con un retablo impresionante y muy bien conservado. Está en el barrio conocido como El Valle, junto a la bolera, la plaza y varias casas. Si voy por su derecha paso por La Concha y La Torre. Más adelante el Llao, donde hay varias casonas metidas en sus fincas. Luego llego a El Campo, y a su derecha el cementerio, con un paisaje precioso. Seguimos caminando por Palauja y el Roju, donde siguen apareciendo casas, huertos, árboles y flores. 

En este rodeo por el pueblo paso por la Miña y sigo al Purón y al Pedroso. A derecha e izquierda siguen las huertas y al fondo las montañas preciosas. Cuando bajo a Las Callejas me doy cuenta que en todo el recorrido no me he encontrado con gente. A la izquierda esta el Cau, mi barrio, que tiene 11 casas, y entre ellas está la antigua escuela, la Encina, y el pozo donde hace años la gente sacaba agua con un caldero para las casas y los animales. Si cojo la calleja que baja hacia el centro vuelvo a estar en El Valle, donde se celebran todos los acontecimientos. Seguro que me olvidé de algún barrio, pero yo quiero mucho a mi pueblo. 

LUISA BARRIO ACEBO

 

Cabanzón es una localidad del municipio de Herrerías. Tiene, más o menos, sesenta vecinos. Es, prácticamente, redondo y fácil de visitar a quien quiera verlo. Cuando llegas, lo primero que ves es la Torre de Cabanzón, de finales de la Edad Media y que está muy bien conservada. Después entras en el pueblo y ves la Iglesia. Creo que es la más grande del municipio y tiene un retablo espectacular. En la misma zona está la bolera y la plaza, y a partir de allí se puede empezar a recorrerlo viendo sus casas solariegas y blasonadas, y también las casas típicas de Cantabria, con sus corredores y sus huertas alrededor. Y por supuesto, su encina centenaria de la que todo el pueblo nos sentimos orgullosos.

MARGA

 

 

Cabanzon está situado en un alto llamado Coto Redondo, aunque el pueblo, en sí, es llano y cómodo. Desde lo alto del Arnia se divisa un panorama espectacular.

Si miras hacia el norte puedes disfrutar de grandes prados frondosos y dispuestos para segar la hierba, alimento indispensable para nuestro ganado. A lo lejos se divisa el mar bello y azul, es el Mar Cantábrico, el que baña las playas del norte.

Pero si miras hacia el sur lo que se ve es todavía más impresionante: bosques llenos de castaños, encinas, eucaliptos avellanos. Tiene tan buenas vistas que están consideradas las mejores del Ayuntamiento de Herrerías.

Además tiene cosas de gran valor: la Torre del siglo XII, la Encinona con casi trescientos años, una Iglesia con un retablo que llama la atención, la Fuente de la Valleja, algunas casas blasonadas antiguas y bien cuidadas... Y la entrada al pueblo, que siempre llama la atención de los visitantes. 

Esta cerca de los límites con Asturias, y por eso, la manera de hablar y algunas costumbres se asemejan bastante a las de ellos.

Lo más negativos es la falta de natalidad. No hay niños, apenas juventud y predomina la gente mayor.

Tampoco hacen mucho caso las autoridades a la hora de hacer algún evento y le dan preferencia a otros pueblos como Bielva o Cades, y no digamos a la hora de la limpieza o la reparación de bancos, papeleras u otras cosas.

Aun así, vivir en Cabanzón es un privilegio que no lo cambio por nada. Cuando estoy lejos lo añoro y sueño con la brisa que me da en la cara cuando voy paseando por la Roza.

SITA ALONSO


sábado, 21 de mayo de 2022

VERSOS DE CABANZÓN

 

Hemos estado  practicando el "lenguaje poético" en Cabanzón, jugando con la rima, experimentando con la métrica, buscando los temas cercanos que podían ser inspiradores... y nos pusimos el reto de conseguir construir una cuarteta (4 versos octosílabos con rima alterna), un acróstico (poema de verso libre cuya inicial de cada verso, leido en vertical, señala el objeto del poema) y un haiku (poema tradicional japones de 17 silabas (5/7/5) que busca en la naturaleza el minimalismo de lo esencial y del instante).

 

 

ACRÓSTICOS para Marga y Luisa


Mujer que es un vendaval de alegría

Activa toda su vida

Ruda, audaz, lista y peleona

Graciosa unas veces y otras radical

Amiga desde siempre


La belleza en persona

Util y amable para todo el mundo

Inventa historias que sé que fueron verdad

Salud... es lo que merece esta estupenda mujer

A la que queremos mucho

 

Sita Alonso




CUARTETA para Cabanzón


Cabanzón es alegría,

lleno de ritmo y pasión,

no tenemos romería,

pero hay buen corazón.

 

Marga
 

 

 


CUARTETA


Cabanzón es alegría

el pueblo de mis amores

aquí tengo sed de vida

aquí no tengo temores



HAIKU

 

Encina brava

fuente de mi agua fresca

lugar para soñar

 

Luisa Barrio

LAS COPLAS DE LAS MARZAS EN HERRERÍAS

Las marzas son un celebración tradicional que arranca de las celebraciones paganas con motivo de la llegada de la primavera, aunque por algunos pueblos de Herrerías la celebración se ha adelantado hasta los primeros días del año.

Hace unas semanas, Tere nos contaba en una entrada concreta del blog cómo se solía celebrar en Cades; pero nos quedaba la ilusión de reunir las distintas "coplas" de los marceros en las tres localidades en las que celebramos el Taller. Gracias a Tere, Ana y Marga por habernosla conseguido. 




MARZAS de CADES


Ave María señores,

buenas noches nos dé el cielo.

Aquí tienen, a la puerta,

a los marceros de este pueblo

que a pedir las marzas vienen

que es costumbre que tenemos

de nuestros antepasados

y no queremos perderlo.

Propusimos una cena

y no tenemos dinero,

por Jesucristo pedimos

que nos saquen de este empeño.

Que nos saquen mil pesetas

poco mas o poco menos,

si no las tienen cambiadas

nosotros las cambiaremos.

Quedense con Dios, señores,

hasta el año venidero,

que si Dios nos da salud

a cantarlas volveremos.

 

 

 MARZAS de BIELVA

 
A esta casa honrada, señores, llegamos.

Si nos dan licencia, las marzas cantamos.

Señor /señora X, aquí estamos los marceros.

¿Lloramos, reímos, rezamos o qué hacemos?

(en el caso de que pidan cantar)

Mandan que cantemos como siempre ha sido

que marzas como estas no las han oído.

Pongan atención, siéntense en la cama

oigan estas voces y hagan estas gracias.

Y con estas voces adios que nos vamos

que la tabernera nos está esperando

con la puerta abierta y el jarro en la mano,

y con estas voces, adiós que nos vamos

 

 

 MARZAS DE CABANZÓN

 

Ave María señores

buenas noches nos dé el cielo

aqui tienen a la puerta 

los marceros de este pueblo

A pedir las marzas vienen

por ser en el mes de enero

por no perder la costumbre

que muy antigua tenemos

Una, dos o tres mantecas

treinta docenas de huevos

diez varas de longaniza

y con ella un buen torrezno

un celemín de castañas

para irnos entreteniendo.

Si nos van a dar dinero

denoslo todo en billetes

que traemos un morralero

que sabe donde lo mete.

No podemos cantar más 

porque nos entra la risa

porque ya vemos venir

diez varas de longaniza.

Quédense con Dios señores

hasta el año venidero

si no cambiamos de vida

por aqui nos volveremos.


 


 


jueves, 19 de mayo de 2022

UN RETABLO CON MUCHA HISTORIA, de Ceferino Sánchez

 

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Bielva guarda en su interior un retablo mayor con relieves que datan del siglo XV.

Durante una de las obras que se hizo en la Iglesia hace ya 50 años, el párroco, don Eduardo, consideró que había que ver en que estado se encontraban las tablas del retablo y llevaron una al taller de restauración del convento de las Clarisas para que lo valorasen. 

Allí estuvo hasta que una vecina de Bielva, que había sido monja, les avisó de que la tabla ya estaba restaurada. 

Surgió una polémica porque se decía que el cura don Manuel podría haberlo vendido al Obispado, y eso supuso que el propio don Manuel convocase a los vecinos a una reunión en la que se hizo un documento que reclamaba la propiedad y que fue firmado por casi todos los vecinos. Incluso fuimos alguna vez los vecinos acompañando a don Manuel a buscarlo, pero ellos decían que era una donación. 

Las otras piezas, el Sagrario y un San Pedro y San Pablo lo llevamos a un carpintero de San Vicente de la Barquera, para que lo arreglase, gastándonos más de 100 000 pesetas que salieron, principalmente, de la donación de Mª Josefa González. Pero ya nos dijeron que el trabajo de esas piezas era mucho más complicado y que ese hombre, aunque era buen artesano, no podía hacer el trabajo que requería esa madera, asi que acabamos negociando los arreglos con las Clarisas de Santillana. 

Los fuimos llevando de uno en uno y ya teníamos tres pagados. Los guardábamos en casa de Feli, pero como se iba a marchar a Estados Unidos los trasladamos a la casa de Matías, con la mala fortuna de que en la parte de abajo había un bar y, no se se sabe muy bien por qué, se incendió. Y estaba yo con una cisterna que llenamos en los bebederos apagandolo cuando me acordé de que las tablas restauradas estaban en la parte de arriba. Intentamos recuperarlas, pero la escalera de subida al piso de arriba estaba ardiendo y no hubo manera. Se quemaron las tres.

Estuvimos mucho tiempo haciendo rifas por las Navidades y mi madre recogía los donativos de la gente para hacer unas nuevas. Se las encargaron a Juanín González al que le dieron unas fotos que había de ellas, y consiguió hacer unas copias exactas a las que había. La única diferencia que podía haber es que eran algo más claras en la madera, porque las otras, las originales, estaban hechas con nogal, y las copias las hizo en madera de castaño. La madera la trajeron de Galicia (costaron más de 50000 pesetas), y las terminaron de pintar como las otras las Clarisas en su Taller de Santillana. Todo eso se hizo con donaciones de la gente. Mi madre era la encargada de recogerlo, y recuerdo que venía gente que estaba cobrando el subsidio y traía sus 1000 pesetas todos los meses. 

Puede estar orgulloso el pueblo de Bielva de haber sido siempre generoso en el esfuerzo por mantener los tesoros de su pasado.

miércoles, 18 de mayo de 2022

POEMAS PARA BIELVA

 


 

 

 

En la sesión del taller en Bielva en la que estuvimos conociendo algunas claves del lenguaje poético hicimos algún ensayo que quisiéramos compartir.


 

 CUARTETA 

( 4 versos octosílabos con rima alternna)


Bielva es lugar de leyenda,

amante de su pasado,

y cualquier gente que venga

seguro que es bien tratado.

 

 ACRÓSTICO

(poema de verso libre cuya inicial de cada verso, leido en vertical, señala el objeto del poema, en este caso, Nucu)

 

Nunca se altera porque es

Un hombre afable,

Caballeroso,

Único entre muchos

 

 

HAIKU

(poema tradicional japones de 17 silabas -5/7/5- que busca en la naturaleza el minimalismo de lo esencial y del instante)

 

Vieja bolera

castaños y plátanos

sombra y arena


 

Autores: Encarna, Isabel, Ana, Nucu y Chita








 

 

ROMANCE DEL CAMPANARIO DE BIELVA

 

Entre algunps de esos poemas que Nucu recuerda de memoria, nos recita éste dedicado al cambio de lugar que sufrió el campanario de la Iglesia de Bielva que, al parecer, fue escrito por un antiguo maestro de la escuela de Bielva –y amigo de Concha Espina– llamado don Manuel Morán


ROMANCE DEL CAMPANARIO DE BIELVA


Como un ciprés venerable

en medio de la plazuela

alzaba al cielo su cima

sobre la paz de la aldea.

Dos campanas cual dos nidos

arrullaban mañaneras.

Le arrancaron de raíz

como una planta señera,

el aire siguió llorando,

arroyos que no le besan.

No vendrán las golondrinas,

campanillas volanderas,

a pararse en sus ramas plañidera

e irán buscando por los montes y las vegas.

Cuando pregunten por ti, arqueólogos y poetas,

¿qué habemos de contestarle

que en el alma no nos hiera?

Perdonad señores, maestros de la belleza,

yo soñé con un plaza romántica, de leyenda,

con el campanario viejo todo vestido de hiedra

y una fuente de plata que brotara de la piedra

donde arrullar a los niños en todos los dias de fiesta.


                                   Don Manuel Morán, maestro de Bielva

ACRÓSTICOS PARA LA ENCINONA DE CABANZÓN

 El acróstico es un poema de verso libre de rima y métrica cuya diferencia es que la primera letra de cada verso, leída en el sentido vertical, recoge el nombre de aquello que es evocado por el autor en el contenido del poema. 

Les hemos dedicado nuestras palabras a ese compañero que lleva casi 300 años acompañándonos en Cades.



ACROSTICOS A LA ENCINONA


Larga vida tienes

Admirada por todos

Especial siempre es tu sombra

Niños jugando a tus pies

Cobijo de pajarillos

Inmensa como tus bellotas

Nudos fuertes son tus ramas

Orgullosa de tu pueblo

Niña yo te vi crecer

Anciana, aquí te dejaré

                                Luisa Barrio


Luce como lucero que nos guía

Atenta y callada nos observa

Esperando

Nunca tiene prisa

Con su robusto tronco

Inamovible y serena

Nos protege desde siempre

Orgullosa de su linaje

Nacimos cerca de ella y se

Alegra de nuestra felicidad

                                        Marga



La Encinona es un arbol que tiene

Algunas rocas

Entre sus viejas raíces.

No se la ha cuidado, pero

Cabanzón no sería Cabanzón sin ella.

Intentamos cuidarla algunos vecinos y

No dejamos de sentarnos a su sombra.

Organizaban, antiguamente, los Concejos bajo ella, por eso

No puedo ver que la maltraten.

A veces, si estoy lejos, la echo de menos. 

                                                                   Sita Alonso

sábado, 14 de mayo de 2022

RECETA DE GALLETAS DE COSCORONES

Si recordáis, cuando presentamos unos pocos detalles sobre los hábitos alimenticios de los vecinos de Herrerías de hace unas décadas, se hablaba de los coscorones, que eran los magros que quedaban tras fundirse las grasas del cerdo en la sarten. Pues parece ser que esos coscorones podían formar parte de un postre muy especial que conviene recordar.

La receta nos la trae Tere, de Cades, y dice que... se parten los coscorones en trozos muy pequeños y se echan en un bol. Se le agrega una copa de anis, 3 huevos, 6 cucharadas de azucar, un sobre de levadura Royal y la harina que lleve.  Se amasa todo y se da forma a las galletas antes de meterlas al horno durante 30 minutos.

Buen provecho.


Rimas del pasado

 

Cuando hemos estado hablando de cancioncillas, refranes y dichos de esos que se recuerdan sin saber muy bien de dónde salieron, Fidela ha comenzado a hacer memoria de algunas de las que escuchaba de niña a las mujeres de Cades. Y las ha recogido para que las guardemos por aquí.

 

 

 Allí arriba

hay un viejo naranjel

cargadito de naranjas

que más no puede tener


En Cades tengo castañas,

en Lamasón la manteca,

en Peñarrubia los quesos,

y el vino blanco en Lebeña


Para cantar viva Llanes

Para bailar La Marina

Para mozas arrogantes

el lugar de Cades viva.


Dicen que Cades tiene muralla sobre muralla.

Y sobre esas murallas

tiene al que a mí me roba el alma


Allá arriba, en aquel alto,

hay una vieja retentona

con un diente en la corona


Dos torres altas, dos miradores

dos ventanitas, dos margaritas,

el botón de la levita

Tío Facundo y el otro mundo

miércoles, 11 de mayo de 2022

LOS ALTARES VIVIENTES DE BIELVA, de Yolanda Gutiérrez Sánchez

 

Los “altares vivientes” de Bielva se consideran la celebración del Corpus más interesante de las que se hacen en Cantabria. Siempre hubo mucha devoción por esta fiesta, pero también se celebraba en un pueblo cercano, por lo que se decidió repartir las dos fiestas y a Bielva le toco, con mala suerte, el día del Sagrado Corazón. Otra particularidad de la fiesta es que se celebra el viernes siguiente al Corpus Christi. En ese día toman la Primera Comunión los niños del pueblo.

Esta fiesta, al parecer, se inicia sobre el año 1930, por una vecina del pueblo, Victoriana Viñoles, que había regresado de Cuba. Ella fue la primera que puso un altar de un grupo de niñas vestidas de ángeles, por lo que se cree que está fiesta tenga su origen en Cuba.

La costumbre de su celebración se fue heredando de generación en generación hasta la actualidad,

que lo organizan diferentes familias del pueblo.

Una de las cosas más especiales de este día es que se saca la Custodia del siglo XVIII de la que ya se ha hablado en este blog. Es una de las más importantes que se conservan en Cantabria.

La procesión se desarrolla por diferentes barrios del pueblo. La mayoría de los vecinos se vuelcan en ayudar en lo que pueden.

Después de la misa se sale en procesión con el paso del Sagrado Corazón. Detrás van los niños que reciben su Primera Comunión, y les siguen seis de sus padres llevando las varas del palio bajo el cual el sacerdote porta el Santísimo.

Se detienen en cada altar, el cura explica la escena del altar, reza una oración y acabada esta, los niños de la Primera Comunión arrojan pétalos de flores despidiéndose así de cada escenificación.

Las calles por las que se pasan se decoran con ornamentos vegetales, que sirven como alfombra natural para marcar el camino de altar en altar. Los cohetes y las campanas marcan este día de fiesta en Bielva.

VUELA, de Marga

 

He vivido mi juventud en una casa de campo y por lo tanto había animales de todas clases. Recuerdo que un día me regalaron un canario con su jaula y todo. Aquel canario saltaba y cantaba en la jaula sin parar, y yo suponía que debía estar muy contento. 

Pero un día empecé a pensar que era una pena vivir toda la vida encerrado. Así que, sin pensarlo más, abrí la jaula y la ventana y le deje que eligiera: libertad o cautiverio. Eligió volar, y aunque seguramente no vivió mucho tiempo, espero que ese soplo de libertad valiera más que una vida entera encerrado.


CARTA PARA AQUELLA NIÑA, de Luisa Barrio

 

Por los años 50 eras alta y muy delgada. Te llamaban Luisina y eras muy tímida. Les costaba hacerte hablar. Y cuando lo conseguían, te ponías colorada. Preferías estar sola, porque te hubiera gustado ser como las otras niñas, divertida y habladora.

Cuando fuiste algo más mayor empezaste a ir a las fiestas, pero no querías bailar con chicos. Hasta que un día decidiste hacer el primer baile y se te fue la timidez. Te sentiste tan feliz...

Siempre has querido mucho a tus hermanos, aunque empezasteis a salir del pueblo y cada uno para una ciudad diferente. Te puso triste no poder verlos a menudo, pero estaban las cartas que les escribías y que ellos contestaban. Aún guardas alguna con cariño. También eran felices los encuentros durante el verano en el pueblo con nuestros padres. Aunque pasaban rápido y otra vez a hacer las maletas y otro año más de espera para encontrarnos.

CARTA PERDIDA EN EL TIEMPO, de Marga


 Cabanzón, primeros de mayo de 2022


Mi querida Yo:

Antes de nada quiero decirte que sé por lo qué estas pasando después de tener esa vida tan ajetreada que has tenido. Ahora, en el umbral de la vejez o la vejez misma, te sientes un poco sola y triste, pero no te preocupes demasiado: aquí estoy yo para acompañarte. Tu carácter siempre ha sido alegre y optimista, así que no veo por qué ahora no puede ser igual.

En su conjunto, la vida no te ha tratado mal, y has conseguido aquello que has intentado, así que el futuro no tiene porque ser nada peor.

Un saludo

RECUERDOS CON CUATRO PATAS, de Luisa Barrio Acebo

Teníamos una burra grande y blanca que iba con nosotros al Cerrao. Llevaba cuévanos y siempre iba cargada al bajar y al subir, entre otras cosas, con mis hermanos pequeños. Era muy buena. Un día la dejamos en la cuadra porque estaba mala y cuando regresamos por la mañana estaba muerta. Nos pusimos a llorar. Mis hermanos hicieron un torco en el cerrao y allí la enterramos. Sé perfectamente aún donde está enterrada.

Una de las vacas que teníamos se llamaba Antuna. Cuando me mandaban a cuidarlas a los prados yo cogía flores o jugaba un poco, y la Antuna pacía siempre al lado de donde yo estaba. Si quería que fuera a otro sitio a pacer tenía que cambiarme yo de sitio. Parecía que era ella la que me cuidaba a mí. En cambio, las otras vacas no me hacían ni caso.

También tuvimos un burro gris que era muy malo: no soportaba que pasáramos delante de él, y siempre teníamos que llevar un palo. Un día, mi hermano pasó corriendo delante de él y el burro salió disparado a correr detrás, con las orejas para atrás. Cuando le alcanzó le mordió en el trasero. Todavía tiene la señal del bocado. El burro debió llevarse algún palo. 

Y en otra ocasión, recuerdo que mi hermano el mayor me subió a la fuerza encima del burro. Tendría yo unos 9 años. Cuando me dejó sola, el burro echó las orejas para atrás, levanto las patas, y yo fui al suelo. Creo que en esta ocasión al que pegaron sería a mi hermano.

Teníamos una mula para el carro que hacía de todo. Era muy lista. Mis hermanos mayores recogían la leche por las cuadras con ella en unas ollas grandes. Las tenían que llevar al Mazo que era por donde pasaban los camiones a recogerla. A la vuelta, mis hermanos solían parar en alguna taberna de Merodio o Casamaría a tomar algo, y si tardaban en salir, la mula se venía sola para casa. A veces llegaba tan tarde que estábamos en la cama, y llamaba con la pata en la puerta. Nos levantábamos, le quitábamos el carro y la metíamos en la cuadra.



jueves, 5 de mayo de 2022

UNA MASCOTA... MUY ESPECIAL, de Isabel López

 

Sería allá por los años 70 cuando se encontraba paseando un jovenzuelo por la carretera del Puente el Arrudu a Bielva, al cual le gustaba –y le gusta mucho aún– la naturaleza. De repente, ante sus ojos, una pequeña ardilla se encontraba en apuros. Sin dudarlo un momento, se adentró en la maleza y después de mucho esfuerzo y algún que otro rajato de las bardas, consiguió hacerse con tan preciado tesoro.

La ardilla estaba un poco desnutrida y no en muy buenas condiciones, por lo que, sin pensarlo un momento, decidió llevársela a casa para poder salvarla de tan mal estado.

La ardilla fue recuperando su salud y la alegría. Pero este jovenzuelos estaba estudiando en Santander y no la podía dejar sola por lo que decidió llevársela con él. Arregló una bolsa de viaje junto a su equipaje, y allí metió a la ardilla, dejando un trocito de la cremallera abierta por donde la ardilla pudiera asomar su pequeña y hermosa cabecita.

Partieron en autobús hacia Santander. Fueron y vinieron de este modo durante varios fines de semana, lo que hizo que la ardilla se convirtiera en su mascota. Cuando llegaban a casa, el jovenzuelo soltaba a la ardilla, que se paseaba por casa y le gustaba subirse sobre sus hombros . Hasta que un día de los que andaban por el pueblo, aterrorizada por un perro salió corriendo y... fue libre para siempre.