Mi querida Yo:
Antes de nada quiero decirte que sé por lo qué estas pasando después de tener esa vida tan ajetreada que has tenido. Ahora, en el umbral de la vejez o la vejez misma, te sientes un poco sola y triste, pero no te preocupes demasiado: aquí estoy yo para acompañarte. Tu carácter siempre ha sido alegre y optimista, así que no veo por qué ahora no puede ser igual.
En su conjunto, la vida no te ha tratado mal, y has conseguido aquello que has intentado, así que el futuro no tiene porque ser nada peor.
Un saludo
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