Era octubre de 1988 cuando estaba mi padre segando verde en el prao de La Peña y, sin esperarlo, sintió que empezaban a caer unas gotas de lluvia aún haciendo un buen día de sol.
Al momento, sintió un ruido grande y fue cuando vio que una gran bola de hielo había caído del cielo sobre un nogal sin nueces y lo había partido a la mitad.
Los que escucharon el ruido dicen que pensaron que se había estrellado una avioneta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario