miércoles, 6 de abril de 2022

COCINANDO RECUERDOS EN HERRERÍAS

 

Hay algunos ejercicios en el taller que nos sirven para estimular la memoria, y es imposible pasarlo a texto todo, pero serviré de “escribiente” para esas cosas que considere que pueden tener su valor en el patrimonio de Herrerías.

Una de las propuestas de hace unos días en el Taller era que rastrearan entre su recuerdos alguno de aquellos platos que alimentaron nuestro placeres y nuestros malos tragos.

Uno de los recuerdos más recurrentes es el de la JAREPAS o PULIENTAS, una sopa o papilla que se hacía con harina de maíz (algunos le echaban un poquitito de harina de trigo) y leche, y que se remataba con un poquito de azúcar.

Los TORTOS o tortas y el BORONO también ocupan una parte de esa memoria, pero es de las cosas que se ha ido recuperando y permanecen cercanas en la actualidad.

Nos parecía preciosa la imagen que compartía una de las participantes en al que nos contaba que lo más rico que comía de niña se encontraba en la tartera que llevaba su padre al campo y que compartía con ella: patatas, huevos fritos, torreznos... También ha sido un descubrimiento saber que este menú ha formado parte de muchas celebraciones, hasta en las cenas más señaladas como la Navidad o la Nochevieja, los HUEVOS CON PATATAShan sido siempre un manjar.

La leche, lógicamente, es protagonista en unos cuantos de estos recuerdos gastronómicos. Tal vez el más general es la rica NATA, ya sea antes o después de cocerla, con “azuquita” en un plato o una taza o a cucharadas, directamente de la cántara. También quien recuerda que se cocían en leche BUÑUELOS, y otro curioso recuerdo nos sorprende con la costumbre de mojar en la leche unas ricas MANZANAS ASADAS.

Al parecer, la golosina casera más socorrida era verter azúcar sobre la plancha de la económica hasta transfromarse en CARAMELO.

A veces tanto dlce suponía sus consecuencias y ha sido todo un descubrimiento el recuerdo claro y unánime que tenían alguno de los talleristas sobre el sanor desagradable de aquel jarabe que tenían que tomar en su infancia para los problemas de lombrices, el temible LOMBRIPU, al que hemos intentado seguir la pista sin éxito.  

Otra de las sorpresas que nos ha deparado la charla ha sido saber que en los momentos complicados para subsisitir se recurrió al consumo de especies que podríamos llamar, hoy en día, como exóticas: como son EL GATO y EL ERIZO. Éste último se dejaba oreando unos días para reducir el fuerte sabor de su carne, y sí, efectivamente, lo más complicado era el trabajo de quitarle su protección natural.

Algunas nos recuerdan la condición indiscutible de los viernes de vigilia, y que en muchos casos se arrastraba a todos los viernes del año, en el que el menú de ALUBIAS y TORTILLA DE PATATA estaba asegurado. Las alubias, en todas sus variantes, eran un plato muy recurrido, a diario en algunas casas, y también parece ser que era habitual los GUISOS DE PATATA en las cenas.

Otra de las delicias que han dejado su huella en la memoria de esta zona y que, al parecer, sigue apareciendo en algunas casas, es el de los COSCORONES, esos magros que quedaban tras fundirse las grasas del cerdo. La parte líquida obtenida era la manteca con la que se conservaban otros productos (chorizos, morcillas...) y los propios coscorones se comían tal y como salían o podían ser luego parte de otras recetas: tenemos en preparación la receta de las GALLETAS DE COSCORONES. Próximamente...

 

Han participado en esta recopilación

 Marta, Puri, Eva, Tere, Fidela, Mari, Meli, Mercedes, Luisa, Marga, Lola, Ana, Nucu, Encarna, Isabel, Yolanda... 

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