Las participantes del Taller no solo aportan directamente los textos que escriben ellas o los que recogen de la tardición oral, sino que, de vez en cuando, también se animan a recopilar las historias de otros vecinos. En este caso, Mari Obeso nos ha traído un par de historias que Ambrosio Díaz Vigil le ha ido dictando... a la carrera, según dice...
Dicen que iba un burro por el bosque y
se encontró con el lobo. El burro le dijo: "hombre, no te metas
conmigo, que te voya llevar a un lugar donde hay un buen rebaño de ovejas”.
Pero por el camino se puso a llover y se metieron en una cueva.
Estuvo lloviendo 2 o 3 días sin parar. El burro asomaaba de vez en
cuando y comía alguna yerbuca de alrededor. Y el lobo seguía
esperando, hasta que un día se acercó y le dijo al burro “ Qué
cara de oveja se te está quedando”
Una vez, un barquero tenía que pasar
un río en barca con una cabra, una berza y un lobo. Pero no cabían
más de dos y había que ver como se arreglaría para que no se
comieran uno a otro, así que no podía juntar la cabra con la berza, ni el
lobo con la cabra. Pasó la cabra dejando al lobo y la berza. Volvió para coger al lobo y lo pasó, pero alli cogió la cabra y la volvió
donde la berza y la dejó allí. Llevó la berza a donde el lobo.
Y ya solo faltaba volver a por la cabra.
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