Esto me sirvió también para descubrir alguna de las tradiciones de nuestro pueblo. Una de ellas, que me impactó mucho, fue cuando vi el Sagrado Corazón de Jesús.
Esos días el pueblo se viste de fiesta, los niños hacen la primera comunión, y en distintos puntos de la calle se ponen altares. En aquella época solo se hacían con niños, pero hoy en día ya se reunen niños y mayores en altares vivientes que representan pasajes de la Biblia. Al verlo por primera vez te recorre por el cuerpo una sensación entre emoción e incredulidad al ver a los niños que ni tan siquiera parpadean. Ibamos por la calle y llegamos a uno tan real que la emoción se convertía en lágrimas, como era el de Jesus Crucificado. Esa es una imagen que nunca se me ha borrado de mi retina, y a día de hoy me sigue emocionando.
Gracias a mis amigas he vivido momentos que siguen presentes en mi recuerdo y que ya nunca olvidaré en la vida. Algunas veces el destino nos pone en nuestro camino a amigos que son una suerte. Y a veces la vida nos distancia de los amigos, pero por suerte, seguimos estando en contacto.
Es curioso que aquellas amigas no vivan aquí ahora, y yo, que no soy de Bielva, llevo ya 37 años aquí. Es mi pueblo de adopción y seguiré aquí hasta que un día diga adiós para siempre. Solo puedo dar las gracias a mi amiga y al pueblo de Bielva por la acogida que me han dado.
Muchas gracias al pueblo de Bielva y a todos los vecinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario