viernes, 3 de junio de 2022

EL CORREO DE HERRERÍAS (1915 / 1921), de Luis González

 

El Correo era una revista quincenal que se publicaba entre los años 1915 y 1921, fundada, administrada y dirigida por Heraclio Gonzalez Vinoles junto a un grupo de colaboradores como Germán Gutiérrez, Marcelino González, José de la Vega, Mauricio Ruiz, Heriberto González, Victoriano García, José Noreña, Ángel Luis Sieteiglesias y un nutrido grupo de corresponsales que desde distintos ámbitos enviaban noticias desde localidades próximas. Contaban también con corresponsales en Sevilla, Cádiz, Jerez, Puerto Real o San Fernando y en Hispanoamérica, en La Habana, Veracruz y Buenos Aires.

El área de difusión de la publicación superaba el límite de Herrerías y se extendía por todo el occidente de Cantabria y oriente de Asturias. En él se hace eco de noticias ocurridas en otras provincias, como Sevilla, Cádiz o diferentes puntos de Hispanoamérica. Esta extensión hacia otras provincias y el extranjero responde a la emigración desde estos pueblos cántabros a esos puntos de destino.

La distribución a los suscriptores de la revista se hace a través del correo tradicional.

Los temas habituales de sus páginas van desde asuntos de ámbito regional, nacional o internacional, coincidiendo con acontecimiento relevantes de esa época, como fueron la 1ª Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la Revolución Mejicana, la muerte de Zapata, protestas militares, huelgas obreras, el desastre de Ammud en Marruecos, las elecciones municipales...

El marcado carácter católico del periódico se hace sentir también en sus páginas, que dedica amplios espacios a tratar contenidos doctrinales, sobre la caridad como la solución a algunos problemas sociales, se informa de los actos religiosos, especialmente las fiestas patronales, las festividades religiosas relevantes como la Semana Santa, el Corpus, el Sagrado Corazón, el mes de Mayo... Y se critican determinados “vicios” como el baile moderno (vals) o el recorte de las faldas.

Las fiestas y las tradiciones populares dan color en medio de la rutina, así como las bodas, bautizos, funerales, regreso de vecinos e indianos a sus pueblos... que son abordados con entusiasmo por los corresponsales. Solía advertirse con tiempo de las fiestas principales de la zona, como El Cristo, San Cipriano, San Juan o el Rosario para que tanto a los vecinos como a los parientes o amigos de otros pueblos no les cogiera desprevenidos.

También se recogían acontecimientos locales y celebraciones como la colocación del Ramo, las hogueras, magostas, deshojas de maíz, marzas, plantaciones de árboles... y hasta sanjuanadas sonadas y bromas, el robo de fruta y otras correrías de la gente moza. 

(Foto cabecera Maices del Nansa)

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