Cabanzón está en un alto. Sus casas
están bastante juntas y rodeadas de un camino de 2 kilómetros y
medio que es ideal para caminar. El pueblo, rodeado de grandes
montañas y prados, tiene 2 fuentes y 8 pozos, uno público y todos
los demás privados.
El edificio principal es la Iglesia,
con un retablo impresionante y muy bien conservado. Está en el
barrio conocido como El Valle, junto a la bolera, la plaza y varias
casas. Si voy por su derecha paso por La Concha y La Torre. Más
adelante el Llao, donde hay varias casonas metidas en sus fincas. Luego llego a El
Campo, y a su derecha el cementerio, con un paisaje precioso.
Seguimos caminando por Palauja y el Roju, donde siguen apareciendo
casas, huertos, árboles y flores.
En este rodeo por el pueblo paso
por la Miña y sigo al Purón y al Pedroso. A derecha e izquierda
siguen las huertas y al fondo las montañas preciosas. Cuando bajo a
Las Callejas me doy cuenta que en todo el recorrido no me he
encontrado con gente. A la izquierda esta el Cau, mi barrio, que
tiene 11 casas, y entre ellas está la antigua escuela, la Encina, y
el pozo donde hace años la gente sacaba agua con un caldero para las
casas y los animales. Si cojo la calleja que baja hacia el centro
vuelvo a estar en El Valle, donde se celebran todos los
acontecimientos. Seguro que me olvidé de algún barrio, pero yo
quiero mucho a mi pueblo.
LUISA BARRIO ACEBO
Cabanzón es una localidad del
municipio de Herrerías. Tiene, más o menos, sesenta vecinos. Es,
prácticamente, redondo y fácil de visitar a quien quiera verlo.
Cuando llegas, lo primero que ves es la Torre de Cabanzón, de
finales de la Edad Media y que está muy bien conservada. Después
entras en el pueblo y ves la Iglesia. Creo que es la más grande del
municipio y tiene un retablo espectacular. En la misma zona está la
bolera y la plaza, y a partir de allí se puede empezar a recorrerlo
viendo sus casas solariegas y blasonadas, y también las casas
típicas de Cantabria, con sus corredores y sus huertas alrededor. Y
por supuesto, su encina centenaria de la que todo el pueblo nos
sentimos orgullosos.
MARGA
Cabanzon está situado en un alto
llamado Coto Redondo, aunque el pueblo, en sí, es llano y cómodo.
Desde lo alto del Arnia se divisa un panorama espectacular.
Si miras hacia el norte puedes
disfrutar de grandes prados frondosos y dispuestos para segar la
hierba, alimento indispensable para nuestro ganado. A lo lejos se
divisa el mar bello y azul, es el Mar Cantábrico, el que baña las
playas del norte.
Pero si miras hacia el sur lo que se ve
es todavía más impresionante: bosques llenos de castaños, encinas,
eucaliptos avellanos. Tiene tan buenas vistas que están consideradas las
mejores del Ayuntamiento de Herrerías.
Además tiene cosas de gran valor: la
Torre del siglo XII, la Encinona con casi trescientos años, una
Iglesia con un retablo que llama la atención, la Fuente de la
Valleja, algunas casas blasonadas antiguas y bien cuidadas... Y la
entrada al pueblo, que siempre llama la atención de los visitantes.
Esta cerca de los límites con
Asturias, y por eso, la manera de hablar y algunas costumbres se
asemejan bastante a las de ellos.
Lo más negativos es la falta de
natalidad. No hay niños, apenas juventud y predomina la gente mayor.
Tampoco hacen mucho caso las
autoridades a la hora de hacer algún evento y le dan preferencia a
otros pueblos como Bielva o Cades, y no digamos a la hora de la
limpieza o la reparación de bancos, papeleras u otras cosas.
Aun así, vivir en Cabanzón es un
privilegio que no lo cambio por nada. Cuando estoy lejos lo añoro y
sueño con la brisa que me da en la cara cuando voy paseando por la
Roza.
SITA ALONSO